El sistema de frenado de un vehículo es uno de los elementos de seguridad más importantes. Le permite reducir la velocidad o detener el vehículo por completo si es necesario. Pero, como cualquier otra pieza de su coche, requiere un mantenimiento y sustitución periódicos para que pueda confiar en la capacidad de frenado de su vehículo cada vez que se siente al volante.
Los frenos constan de varios componentes que inevitablemente se desgastan con el tiempo. El primero que suele ser necesario sustituir son las pastillas de freno.
Las pastillas de freno aplican fricción a los discos de freno, ralentizando o impidiendo que las ruedas giren. Debido al peso del vehículo, las altas temperaturas y la naturaleza de su uso, estas piezas están sometidas a un estrés extremo y se vuelven más finas con el tiempo (y después de miles de kilómetros).
Entonces, ¿con qué frecuencia deben sustituirse los frenos?
Las pastillas de freno aplican fricción a los discos de freno, lo que ralentiza o impide el giro de las ruedas.
Tabla
Cuándo sustituir los frenos
Las pautas de kilometraje para la sustitución de las pastillas de freno varían según el fabricante. Sin embargo, el consenso general es que las pastillas deben sustituirse entre los 50.000 y los 50.000 km.
Sin embargo, como se ha mencionado anteriormente, hay una serie de factores que pueden acortar o alargar la vida de las pastillas de freno. Para hacerte una idea más realista de cuánto durarán las tuyas, deberás tener en cuenta los siguientes factores.
5 factores que afectan a la vida de tus pastillas de freno
La respuesta más común a la pregunta «¿Con qué frecuencia debo cambiar mis frenos?» suele ser «depende». Esto se debe a que hay algunos factores que pueden influir en el tiempo que tardan en desgastarse las pastillas de freno.
Aquí tienes algunos que deberías tener en cuenta:
Material de las pastillas de freno
Existen tres tipos principales de material para las pastillas de freno: orgánico, cerámico y metálico. Cada tipo tiene ventajas y desventajas que afectan a la longevidad y el rendimiento.
Las pastillas de freno orgánicas, también conocidas como pastillas de freno orgánicas sin amianto, son más blandas y no hacen tanto ruido como los otros tipos. Sin embargo, se desgastan más rápidamente que las pastillas de freno cerámicas o metálicas. Combinadas con un vehículo pesado o un estilo de conducción agresivo, este tipo puede desgastarse más rápido de lo esperado.
Las pastillas de freno cerámicas son ideales si tiene que realizar paradas bruscas con frecuencia, como cuando conduce habitualmente por zonas de mucho tráfico. Producen menos polvo que las pastillas de freno orgánicas y suelen durar más. El único inconveniente, sin embargo, es que suelen ser más caras.
La mayoría de los vehículos modernos están equipados con una pastilla de freno metálica fabricada con una mezcla de hierro, cobre, acero y grafito. El uso de estos metales hace que este tipo sea extremadamente duradero. Sin embargo, un pequeño inconveniente es que pueden ser bastante pesadas, lo que podría afectar al ahorro de combustible de tu coche.
Conducción en ciudad y autopista
Otro factor que puede afectar a la longevidad de tus pastillas de freno es tu forma habitual de conducir. Naturalmente, tendrás que usar los frenos más a menudo en ciudad, donde hay más semáforos y las carreteras están más congestionadas. El tráfico de parada y arranque requerirá paradas bruscas más frecuentes.
En cambio, en autopista hay menos paradas y menos tráfico, lo que reduce la necesidad de frenar.
La conducción en ciudad exige más a los frenos que la conducción en autopista.
Estilo de conducción
Algunos conductores tienen tendencia a «frenar de golpe», lo que significa que pisan el pedal del freno más de lo necesario. Los conductores agresivos que pisan el acelerador a fondo con frecuencia tienen más tendencia a detenerse bruscamente mientras conducen, por lo que tienden a desgastar las pastillas de freno con mayor rapidez.
Para aprovechar al máximo las pastillas de freno, conduce despacio y frena gradualmente.
Transmisiones manuales o automáticas
Una persona que conduce con una palanca de cambios puede obtener más kilometraje de sus pastillas de freno que alguien que conduce una transmisión automática. Esto se debe a que los conductores manuales pueden reducir la marcha, es decir, aplicar el freno motor, para reducir la velocidad del vehículo.
En cambio, los coches automáticos siempre requieren el uso de los frenos para desacelerar.
Avería de la pinza
Una pinza atascada puede hacer que la pastilla de freno roce constantemente contra el rotor, lo que puede acortar la vida útil de la pastilla. Si notas un olor a quemado procedente de tus frenos, es muy probable que tengas una pinza atascada.
Asegúrese de solucionar este problema para evitar malgastar dinero en la sustitución de las pastillas de freno.
Un olor a quemado procedente de la zona de la rueda podría indicar que la pinza de freno está atascada.
Diagnóstico y sustitución de las pastillas de freno
Tendrá que comprar pastillas de freno nuevas varias veces durante la vida útil de su vehículo. Seguir el programa de mantenimiento especificado por el fabricante en el manual del propietario garantizará que todos los componentes de los frenos se revisen y sustituyan tan pronto como sea necesario.
También es una buena idea saber cómo diagnosticar usted mismo el desgaste de las pastillas de freno, en caso de que alguno de los factores mencionados anteriormente haya provocado un desgaste acelerado de estas piezas. Ser consciente de los síntomas comunes de las pastillas de freno defectuosas le ayudará a detectar cualquier problema a tiempo, lo que le permitirá llevar su vehículo a un mecánico certificado antes de que otros componentes circundantes se vean afectados.