La mayoría de los vehículos utilizan algún tipo de transmisión para transferir la potencia generada por el motor en potencia utilizable que pueda hacer girar las ruedas. Hay dos tipos comunes de transmisión utilizados en la mayoría de los vehículos de hoy en día, automática y manual. Aunque ambas sirven para lo mismo y funcionan de forma similar, desde un punto de vista técnico difieren en su comportamiento en relación con el conductor.
La transmisión automática cambia de marcha por sí sola y está controlada electrónicamente, mientras que la transmisión manual debe cambiarse manualmente y está controlada por el conductor. Aunque los dos tipos de transmisión difieren en la forma en que funcionan, ambos transfieren la potencia del motor en par motor para las ruedas, y su mal funcionamiento puede dar lugar a problemas que pueden incluso dejar el coche completamente inutilizable.
Dado que la transmisión es un componente muy importante y sofisticado, esencial para el funcionamiento de un vehículo, su sustitución o reparación suele ser costosa. Por lo tanto, es una buena idea comprobar si la transmisión no funciona antes de decidirse a repararla o sustituirla.
Generalmente, un problema con la transmisión, particularmente una transmisión automática, activará un código de avería que puede facilitar las reparaciones. Sin embargo, hay algunos casos, sobre todo cuando se han producido daños mecánicos o internos, en los que la luz Check Engine no se encenderá. En esta guía paso a paso, veremos cómo llevar a cabo algunas pruebas básicas para determinar si una transmisión está funcionando de forma óptima. Trataremos las transmisiones automáticas y manuales por separado, ya que funcionan de forma tan diferente que requieren pruebas distintas.
¿Cómo saber si la transmisión automática no funciona?
Paso 1: Compruebe el líquido de la transmisión automática del vehículo. Para comprobar correctamente el líquido, arranca el vehículo, déjalo aparcado y comprueba la varilla de la transmisión situada bajo el capó.
Consejo: Si no encuentra la varilla, consulte el manual del propietario.
Con el motor en marcha, tire de la varilla de la transmisión y compruebe que el líquido de transmisión está en el nivel correcto y no está excesivamente sucio o quemado.
El líquido de transmisión limpio debe tener un color rojo translúcido.
Consejo: compruebe que el líquido de transmisión no huela a quemado ni tenga un tinte marrón oscuro. Un olor o tinte a quemado indica que se ha producido un sobrecalentamiento o una combustión en alguna parte de la transmisión, principalmente en los discos de embrague.
Nota: Un líquido de transmisión excesivamente oscuro o sucio puede causar muchos problemas si se bombea a través de conductos y tamices finos, ya que la mayoría de las transmisiones automáticas funcionan con presión hidráulica. Si el líquido parece sucio, puede ser una buena idea cambiarlo si el vehículo está experimentando realmente problemas de transmisión, ya que el líquido sucio puede interferir con el buen funcionamiento de la transmisión.
Nota: También es importante tener en cuenta que no todos los vehículos tienen una varilla para comprobar el nivel del líquido de transmisión. De hecho, algunos vehículos nuevos utilizan una transmisión sellada que no requiere que se compruebe o cambie el líquido. En caso de duda, consulte el manual del propietario para conocer las especificaciones exactas de su vehículo.
Paso 2: Pruebe el pedal de freno. Pise el pedal del freno con el pie izquierdo y manténgalo pisado. Utilice el pie derecho para acelerar el motor y hágalo girar durante unos segundos.
Nota: Asegúrese de que la zona situada justo delante del vehículo está despejada y es segura y, a continuación, accione el freno de estacionamiento.
Advertencia: Tenga cuidado de no hacer girar el motor cuando se aplican los frenos de esta manera durante más de unos segundos seguidos, ya que podría sobrecalentarse y dañar la transmisión.
Si la transmisión funciona correctamente, el motor debería acelerarse y el automóvil debería intentar moverse, pero no lo hará porque los frenos están pisados. Si el motor no sube de revoluciones o sube de revoluciones pero no puede mantener la marcha, puede haber un problema con la transmisión, ya sea con el líquido o con los discos del embrague automático en su interior.
Paso 3: Conduce el coche para probar la transmisión: Una vez realizada la prueba en parado, realiza una prueba en carretera conduciendo el coche a todas las velocidades.
Nota: antes de circular por una carretera abierta, ponga la marcha atrás y asegúrese de que la marcha atrás funciona correctamente.
Conduzca el vehículo hasta el límite de velocidad indicado, prestando mucha atención al comportamiento del vehículo. Al arrancar y acelerar, preste mucha atención al modo en que el vehículo cambia de marcha.
Alterne entre aceleraciones suaves y fuertes y preste especial atención al comportamiento del vehículo al cambiar de marcha. Si la transmisión funciona correctamente, el vehículo debería cambiar de marcha suavemente y a una velocidad razonable entre media y baja si se aplica el acelerador ligeramente. Por el contrario, debería detenerse a un régimen más alto antes de cambiar de marcha cuando se aplica el acelerador a fondo.
Si el vehículo muestra un comportamiento errático durante la aceleración, como un cambio de marchas adelantado o retrasado, ruidos fuertes o bruscos al cambiar de marcha, o quizás una incapacidad total para cambiar de marcha, es probable que haya un problema de transmisión. También es importante tener en cuenta los ruidos o vibraciones anormales que se producen al cambiar de marcha o al acelerar, ya que también podrían indicar un posible problema de transmisión.
Paso 4: Realice una prueba de bordillos. Conduce el vehículo perpendicularmente a un bordillo, como una acera, y ajusta los neumáticos delanteros para que se apoyen contra el bordillo.
Nota: asegúrese de que la zona delante del vehículo está despejada y es segura.
Desde la posición de reposo, pise el pedal del acelerador y desplace lentamente los neumáticos delanteros del vehículo hacia el bordillo. El vehículo debe ser capaz de superar el bordillo por sí solo, aumentando el régimen del motor y manteniéndose estable hasta que suba.
Nota: Si el régimen del motor disminuye y el vehículo no puede subir el bordillo, esto puede indicar que la transmisión patina o que tiene otro problema.
Paso 5: Realice las reparaciones necesarias. Una vez realizadas todas las pruebas, proceda con las reparaciones o actuaciones necesarias. Si no está seguro de qué hacer, puede ser una buena idea buscar asesoramiento profesional, ya que las reparaciones de la transmisión a veces pueden suponer un gasto considerable.
Si la transmisión patina al acelerar o se oyen ruidos chirriantes cuando el coche está en marcha, es imperativo que la transmisión sea evaluada por un mecánico certificado.
¿Cómo saber si la transmisión manual no funciona?
Paso 1: Compruebe la transmisión con el vehículo parado. Arranque el vehículo y condúzcalo a un espacio abierto. Aparque el vehículo, ponga el freno de mano, pise el pedal del embrague y ponga la primera marcha.
Escuche y perciba si hay chirridos u otros ruidos cuando ponga la palanca de cambios en marcha, ya que esto podría indicar un posible problema con el sincronizador en esa marcha en particular.
Nota: Si la transmisión llega a un punto en el que chirría o hace clic cada vez que se pone en marcha, puede ser señal de que los engranajes sincronizadores están excesivamente desgastados, lo que puede requerir la revisión de la transmisión.
Paso 2: Suelte lentamente el pedal del embrague. Una vez que la transmisión esté en primera, mantenga pisado el pedal del freno con el pie derecho y empiece a soltar lentamente el pedal del embrague. Si la transmisión y el embrague funcionan correctamente, las revoluciones del motor deberían empezar a bajar y el vehículo debería empezar a temblar hasta que se cale. Si el motor no se cala al soltar el pedal del embrague, es posible que el disco de embrague esté desgastado y sea necesario sustituirlo.
Paso 3: Conduce el coche. Una vez completada la prueba en parado, saca el coche a una carretera despejada para probarlo. Conduce el coche hasta el límite de velocidad, como lo harías normalmente, y pasa por todas las marchas en orden secuencial. Pasa varias veces por todas las marchas y, si puedes, reduce también en cada una de ellas. Intente también alternar entre marchas largas y cortas, ya que al cambiar de marcha la transmisión soporta cargas diferentes, lo que hace que la prueba sea aún más concluyente.
Si la transmisión funciona correctamente, debería poder cambiar a marchas superiores e inferiores en todas las marchas y a todos los regímenes del motor, sin ninguna rectificación. Si hay chirridos o traqueteos al cambiar a una o más marchas, o si la transmisión no se mantiene en marcha, esto puede indicar un problema con la transmisión, el sincronizador de marchas dentro de la transmisión, o los cilindros maestro y esclavo de las transmisiones responsables de desembragar el embrague.
Paso 4: Realice las reparaciones necesarias. Una vez realizadas todas las pruebas, proceda con las reparaciones o acciones necesarias. Los problemas de transmisión a veces pueden ser difíciles de diagnosticar correctamente. Es posible que tenga que llamar a un mecánico móvil autorizado para que realice un diagnóstico más detallado si cree que es necesario sustituir los cilindros esclavos, si oye chirridos o si no puede cambiar de marcha.
La comprobación de la transmisión de un vehículo suele ser un procedimiento muy sencillo que implica principalmente conducir el vehículo. Si el vehículo no pasa alguna de las pruebas o muestra cualquier otra causa potencial de preocupación, puede ser prudente buscar una segunda opinión de un técnico profesional para comprobar y cambiar el líquido de transmisión.