Los servofrenos son componentes del vehículo accionados por vacío que aumentan la presión de frenado en función de la fuerza del pedal.
Si los frenos de su vehículo hacen menos con más presión sobre el pedal, podría tener un servofreno defectuoso. He aquí algunos consejos de reparación.
Compruebe la válvula antirretorno
Localice el servofreno en el lado del conductor del compartimiento del motor. Debe estar atornillado a la pared de fuego y tener el cilindro maestro de freno atornillado a él. Encuentre la manguera de succión que conecta el aumentador de presión al motor. Quítelo cuidadosamente del ojal de goma en el aumentador de presión, escuchando el sonido del movimiento del aire.
Si no oye ningún sonido, es posible que tenga un diafragma roto en el compresor o una válvula antirretorno defectuosa en el extremo del compresor de la manguera de aspiración.
Compruebe la válvula antirretorno desconectándola de la manguera y soplando en ambas direcciones. Si el aire pasa fácilmente en ambas direcciones, la válvula está defectuosa. Sólo debe permitir el paso del aire en una dirección, del lado del compresor al lado de la tubería.
Si la válvula no pasa esta prueba, tendrá que ser sustituida por una nueva válvula antirretorno — disponible en línea o en la mayoría de tiendas de piezas de automóviles.
Si la válvula de retención pasa esta prueba, continúe con el servofreno.
Reparación / sustitución del servofreno
Utilizando las herramientas adecuadas para las fijaciones de su vehículo, retire el cilindro maestro del servofreno.
Asegure el cilindro maestro en un lado con alambre mecánico o cuerda fuerte.
La mayoría de las instalaciones no requieren la retirada del latiguillo de freno. Entre en el vehículo y mire debajo del salpicadero, donde podrá desconectar la varilla de empuje del accionador del pedal de freno.
En el compartimento del motor, retire las fijaciones situadas detrás de la parte central del servofreno, desconectándolo del cortafuegos. Desmonte el servofreno y repárelo como se indica en el kit de reparación o sustitúyalo por un servofreno nuevo o reconstruido.
Vuelva a montarlo siguiendo el orden inverso al de desmontaje.
Pruebe su reparación
Tras el montaje, arranque el motor y pruebe el pedal para comprobar que los frenos funcionan correctamente. Si nota una mejor respuesta del pedal, haga una breve prueba de conducción a baja velocidad, aunque sólo sea en la calzada, y compruebe el frenado. Si la respuesta de los frenos es satisfactoria, habrá reparado/sustituido correctamente el servofreno.