No se ha convertido en una industria tan grande como la generación de energía térmica o hidroeléctrica, pero ha conseguido hacerse un hueco.
¿Cómo funciona un coche eólico?
Un coche impulsado por el viento convierte la energía eólica en energía eléctrica, ayudando al coche a avanzar. El concepto de aprovechar la energía eólica surge del hecho de que cada vez que sacamos las manos por las ventanillas de un coche en marcha rápida, se siente la enorme fuerza del viento. Esta fuerza también puede aprovecharse como energía eléctrica y utilizarse como fuente limpia para impulsar los coches. La energía eólica tiene muchas ventajas y desventajas, por lo que debes intentar reunir toda la información posible sobre ella.
Los vehículos impulsados por el viento utilizan turbinas eólicas y válvulas que se colocan en una posición tal que las turbinas pueden empezar a moverse. Las válvulas absorben el viento necesario para propulsar el coche. Hay un alternador conectado a las válvulas que, a su vez, transforma la energía cinética en energía eléctrica. La energía eléctrica así generada se almacena en una batería de corriente continua y se conecta a un controlador. El controlador se encarga de convertir la corriente continua en corriente alterna. El controlador es asistido por diodos de potencia en esta conversión de CC a CA.
Un cable conecta el controlador y el acelerador y pasa por un par de potenciómetros. Son los potenciómetros los que actúan para resistir y regular la velocidad del coche. La eficacia de este sistema es excelente porque el número de piezas que giran y giran es muy bajo, lo que ayuda a que se mueva con bastante rapidez. Si el acelerador está pisado a fondo, el regulador suministra toda la tensión. En cambio, cuando se deja de pisar el acelerador, el regulador deja de suministrar potencia, lo que ralentiza el vehículo.
Un coche impulsado por el viento utiliza la configuración de motor a rueda, lo que proporciona al coche un aumento de potencia. Se conectan varios motores a las ruedas para que el sistema de frenado y propulsión funcione eficazmente. Al igual que el sistema de marchas automáticas, un coche de propulsión eólica tiene un sistema de una sola marcha. En un coche de este tipo, se introduce un sistema de frenado por vacío y, en este tipo de sistema, la fuerza de frenado se deriva de la presión atmosférica.
Incluso es posible mantener y hacer funcionar un aire acondicionado en un vehículo de este tipo. Los motores se refrigeran con la ayuda del viento, lo que aumenta su eficiencia y evita el sobrecalentamiento. La potencia generada por la energía eólica ayuda a cargar continuamente las baterías, y ésta es una de las principales características de un vehículo de este tipo. A diferencia de otras baterías, que tienen que recargarse durante un periodo de tiempo determinado, éstas no tienen este requisito. Cada vez que conduces, la batería se recarga de forma continua y automática. También llevan un voltímetro, que ayuda a controlar la corriente de la batería.
Así pues, un coche eólico es un vehículo excelente para utilizar en estos tiempos de calentamiento global. Sin embargo, estos coches aún están en fase de desarrollo y no se han fabricado en serie.