Las carreteras asfaltadas que utilizamos no siempre son perfectas. El maltrato diario, la exposición al sol y el mal tiempo provocan surcos, grietas y baches. Los fabricantes de coches afrontan el reto de estas condiciones de la carretera equipando los vehículos con un sistema de suspensión, y los amortiguadores son una parte clave de ese sistema de suspensión.
Y cuando sus amortiguadores se estropean, sin duda lo notará. Pero en caso de que no sepas qué buscar, te explicaremos algunos de los signos más comunes de amortiguadores defectuosos o que fallan.
Los amortiguadores se desgastan con el tiempo, especialmente en terrenos muy accidentados.
Tabla
Síntomas de un amortiguador defectuoso
Sus amortiguadores están sometidos a un uso abusivo, especialmente en terrenos extremadamente abruptos. Aunque los avances los han hecho mejores que las opciones de hace décadas, los amortiguadores aún pueden sufrir desgaste y problemas.
Estos son algunos signos comunes de un amortiguador defectuoso:
Chisporroteo
Unos amortiguadores desgastados pueden hacer que los muelles de tu coche reboten más de lo que se considera normal. El resultado es una conducción más brusca de lo normal al pasar por baches.
Y un coche extremadamente incómodo.
Ruidos inusuales
Los amortiguadores sueltos o con los casquillos de montaje desgastados pueden producir ruidos al pasar por baches.
Fugas de líquido
Una de las razones por las que sale líquido del interior de sus amortiguadores es debido a una fuga. Una fuga de líquido hidráulico puede producirse en cualquier amortiguador y nunca debe ignorarse.
El líquido puede verse fácilmente corriendo por los lados de la carcasa del amortiguador.
Desgaste irregular de los neumáticos
Puede que te preguntes qué tienen que ver unos amortiguadores en mal estado con tus neumáticos. Tu coche tiene amortiguadores para evitar que las ruedas reboten debido a que los muelles reaccionan a los impactos. Unos amortiguadores defectuosos hacen que el neumático rebote con más fuerza contra el suelo.
Como resultado, el neumático suele desarrollar puntos altos y bajos en la banda de rodadura, conocidos como ventosas.
Menor capacidad de maniobra y frenado
Los malos impactos pueden hacer que tu coche se incline más hacia un lado u otro al tomar las curvas. Además, la parte delantera del vehículo puede clavarse por delante o por detrás. Cualquiera de estas situaciones puede afectar negativamente a las características de maniobrabilidad y frenado de tu coche.
Los amortiguadores evitan que el muelle rebote excesivamente gracias al proceso de amortiguación, que convierte la energía cinética del muelle en energía térmica.
¿Qué es un amortiguador?
Los muelles por sí solos no pueden hacer frente a los baches porque se comprimen y expanden sin control debido a las leyes de la física. Necesitan ir acompañados de un dispositivo que actúe como fuerza de frenado o desaceleración para controlar el movimiento de los muelles.
Los inventores diseñaron amortiguadores para resolver este problema.
Los amortiguadores impiden que el muelle rebote excesivamente gracias al proceso de amortiguación, que convierte la energía cinética del muelle en energía térmica. Para disipar este calor, los amortiguadores suelen estar llenos de líquido hidráulico.
Sin amortiguadores, tu coche seguirá rebotando hasta que disipe la energía del impacto al chocar contra un bache. Un movimiento excesivo de los muelles le hará perder el control del vehículo. Los daños en el flanco y la banda de rodadura de tu neumático pueden producirse cuando caes en un bache profundo y los amortiguadores defectuosos hacen que el neumático raspe el revestimiento del guardabarros de tu coche.
En resumen, los amortiguadores mantienen la maniobrabilidad de su coche a pesar de las irregularidades del firme.
Sin amortiguadores, tu coche seguirá rebotando hasta que disipe la energía del impacto al chocar contra un bache.
2 tipos de amortiguadores
Los diferentes diseños de los sistemas de suspensión y las aplicaciones de los vehículos han llevado a la invención de dos tipos diferentes de amortiguadores. Existen dos tipos principales de amortiguador: monotubo y bitubo.
Ambos tienen diferentes variantes entre las que elegir.
1. Monotubo
Un amortiguador monotubo tiene todos sus componentes contenidos en un solo tubo. Consta de una válvula de pistón, una carcasa que actúa como un cilindro y aceite hidráulico.
Los amortiguadores monotubo tienen un pistón flotante que comprime el aceite y permite que pase a través de las válvulas de pistón. Esta configuración permite que el amortiguador se comprima más lentamente en los baches pequeños y más rápidamente en los grandes.
2. Doble tubo
El amortiguador bitubo es el tipo más común de amortiguador y es relativamente barato en comparación con el monotubo. Consta de dos cilindros, uno que actúa como carcasa y otro como tubo interior.
El tubo interior aloja la válvula del pistón y el depósito de aceite, mientras que el exterior contiene el aceite empujado por la válvula del pistón y el gas a baja presión. Los diminutos orificios del pistón, junto con la presencia de una válvula de base, limitan el flujo de aceite que entra en el tubo exterior para un mejor control de las ruedas.
Los tubos gemelos tienden a sobrecalentarse debido al rápido movimiento del pistón sobre terrenos muy bacheados. El calor hace que el aceite forme espuma, lo que reduce su eficacia para amortiguar los muelles.
¿Puedo conducir con un amortiguador defectuoso?
Conducir cuando hay problemas con tu coche nunca es la idea más inteligente. Técnicamente, puedes seguir conduciendo con los amortiguadores desgastados o defectuosos, pero seguro que no quieres arriesgarte a las consecuencias.
Considere la posibilidad de consultar a su mecánico de confianza. Conseguir recambios para sus amortiguadores defectuosos es lo mejor que puede hacer para evitar futuros inconvenientes.
La sustitución de los amortiguadores cuesta entre 200 y 800 euros, mientras que los amortiguadores de alto rendimiento suelen superar los 1.500 euros. Aun así, estos precios son relativamente más baratos que tener que lidiar con los múltiples problemas que podrían surgir tras no solucionar el problema.